Cuando toda la sangre hubo brotado, el dolor aún seguía allí.
-Te lo dije, -tronó la voz más firme que jamás había conocido- te dije que no jugaras con eso.
-Lo sé -respondió entornando los ojos y metiendo la cabeza entre los hombros.
1 comentarios:
moonriver
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20 de julio de 2011, 1:26
El dolor siempre permanece. Sólo la sangre se evapora.
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El dolor siempre permanece. Sólo la sangre se evapora.
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