En la adolescencia adoraba el heavy-metal. Ahora sigue siendo lo único que se oye en los blanquísimos auriculares de su iPhone, pero, paradójicamente, el brillo de los zapatos y la presión de la corbata hacen que Black Sabbath suene menos serio.


1 comentarios:

moonriver | 28 de agosto de 2011, 14:25

Las corbatas son sogas al cuello siempre dispuestas a ahorcar la auténtica esencia de cada individuo, aquello que le hace único y diferente de todos los demás autómatas que deambulan por el mundo.

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