Una cama con un hombre dentro. Hecho un ovillo, como muerto de frío. La mirada perdida, casi ausente. Al lado una silla y una mujer sentada. Dos ojos negros muy brillantes y el pelo, también negro, largo, desparramado sobre los hombros. Entre las manos tiene un rosario del mismo color que el pelo y los ojos.

     Una de las manos deja el rosario para apartar un mechón de la frente del hombre. Después, coge un libro que hay encima de la mesilla y lo abre. Es el corán.

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